Se oyen voces,
en el interior de la casa
convergen
sonidos que suenan
a música de fiesta
a música de fiesta
en un castillo de piedra
con sus almenas
abiertas
a la llanura extensa.
abiertas
a la llanura extensa.
Llora Teia,
tiene hambre,
no espera,
en poco se concretan
sus vivencias.
tiene hambre,
no espera,
en poco se concretan
sus vivencias.
Teia aprende
es tal su impaciencia
que los días ruedan
entorno a lo mismo
como si no existiera
más mundo
que el que toca ella
con su presencia.
es tal su impaciencia
que los días ruedan
entorno a lo mismo
como si no existiera
más mundo
que el que toca ella
con su presencia.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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