martes, 15 de diciembre de 2020

EL LIBRO DE LOS CONDENADOS

 Según numerosas observaciones (9) reunidas por el profesor Chant, de Toronto, el 9 de febrero de 1913 apareció un espectáculo que se pudo apreciar en el Canadá, en los Estados Unidos, en el mar y en las Bermudas: «un cuerpo luminoso dotado de una larga cola y que aumentó de tamaño muy rápidamente». Los observadores están en desacuerdo en cuanto a determinar si el cuerpo era uno o estaba compuesto de dos o cuatro partes, todas dotadas de una cola. El grupo de objetos o la estructura completa de que se tratase avanzaba «con una singular y deliberada majestad». «Desapareció a lo lejos, y otro grupo apareció en su lugar de origen, avanzando a su vez, por tres o cuatro, tan reposadamente como el primero». Después desapareció y fue seguido por un tercer grupo. Algunos observadores compararon el espectáculo con una flota de naves aéreas, otros a acorazados escoltados por cruceros y destructores. Uno de ellos comentó: «Había probablemente treinta o treinta y dos cuerpos, y lo más extraño era la manera de moverse por grupos de cuatro, de tres o de dos, alineados en una fila. La alineación era tan perfecta que se hubiera creído una flota aérea en plena maniobra después de un severo entrenamiento.» Una carta del capitán Charles J. Norcock (10)» del buque inglés Caroline, señala que el 24 de febrero de 1893, a las diez de la noche, entre Shanghai y el Japón, el oficial de máquinas señaló «dos resplandores no habituales» entre el buque y una montaña de dos mil metros de altura. Estos resplandores parecían globulares, y se movían a veces en masa, a veces en líneas irregulares. Avanzaron durante dos horas en dirección al norte, después desaparecieron. A la noche siguiente volvieron a aparecer. Fueron eclipsadas un momento por una pequeña isla, iban siempre al norte a la misma velocidad y en la misma dirección que el Caroline. Pero se reflejaban extrañamente, desplazando por debajo de ellas sobre el horizonte cierta radiación. Un examen por telescopio aportó pocas precisiones: los resplandores eran rojos y parecían emitir una débil humareda. Esta vez, el fenómeno duró siete horas y media. 

El capitán Norcock añade que en los mismos parajes, y más o menos en el mismo momento, el capitán Castle, del buque inglés Leander, vio varias luces cambiar de dirección para ir a su encuentro, pero después huyeron, desplazándose esta vez más alto en el cielo. 

Informe tomado (11) de las observaciones de tres miembros de su tripulación por el teniente Frank M. Schofield, del buque americano Supply. El 24 de febrero de 1904, tres objetos luminosos, de distintos tamaños, el mayor con un diámetro de seis soles, se manifestaron a poca altura por debajo de nubes de una altura estimada en dos kilómetros. Huyeron o dieron media vuelta, ascendieron en un solo movimiento hasta ocultarse en las nubes, de donde habían salido. Pero esta unidad de movimiento no cambia nada a su diferencia de tamaño, ni a sus diferentes susceptibilidades a las fuerzas de la tierra y del aire

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