Uno sabe que hay dictámenes que solo sirven a oscuros intereses
y que hay guardar bajo un quintal de piedras
allí donde solo corren los vientos de poniente,
¿Quién diría?
Solo Dios sabe
aquello que se esconde
tras los faldones de sus señorías
quizás sean los aires
que traen
los pueblos bárbaros del Norte
o tal vez
triste es el desenlace
es que son tan ejemplares
como las vidas de los santos
que viven permanentemente en los altares
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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