En esta tarde nada me llama más que el poder estar tranquilo
sumando minutos,
esto es solo el principio
de lo que el día solar dará de si
hasta que un tiempo horario determinada me indique
que es el momento de irse a dormir,
y me iré obedeciendo
a ese instinto primitivo
que se ha apoderado de lo que soy
y me lleva por si solo,
sin más ayuda,
a dejar todo lo que estoy haciendo
para coger el camino,
cuarenta y siete escalones y un descansillo,
que lleva al lecho
donde fundido en un abrazo perpetuo con el sueño
uno intentará dar sentido al viejo rito de dormir
hasta ese otro instante
en que tocará volver a despertarse
para comenzar a ser aquel que se refleja en el espejo.
el yo,
repetido,
el tú
IDEM
y si continuamos con todo esto
nos vamos hasta el pronombre,
ellos,
que es más o menos
lo que se llama un plural
que invita a comer huevos revueltos
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario