Y no contento con ello
el pájaro mustio
estaba hecho
un cubito de hielo,
ya la nevera vacía,
el fuego por los suelos,
alguien que no conocemos
se coge a las cortinas
piensa en María Sarmientos,
eleva el tono y le sale
un cuesco.
Estos son,
si no se pone remedio
los momentos justos
en que todo se va al infierno.
Mantengamos el tipo
y sigamos creyendo
que los inviernos sin papo
son como los caramelos
puestos a la puerta de un colegio,
con estos
y otros muchos podemos
nos metemos en el verano,
ya los pájaros convertidos
en tristes esqueletos,
que no pían,
que no sabemos
el por qué hablamos de aquello
que es más propio de un drama
que de un extenso poema
de los llamados "lelos"
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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