Desde que en las ciudades
desaparecieron de forma muy civilizada
los mataderos, de ovejas, pollos, cerdos y vacas
en las ciudades ya solo se matan
los ciudadanos entre ellos,
así pasa,
que mueren las mujeres asesinadas,
en manos de sus verdugos, seres de poca calaña.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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