Allí estaba el matemático con su algor mortis, solo pensaba con números, dormía con ellos, los naturales le acompañaban de cuando fue niño, aprendió con los enteros a expresar las temperaturas bajo cero
de los glaciares alpinos,
y con los racionales a dividir tartas y comprar porciones de terreno,
latifundiosirracionales eran los números reales y que decir de los complejos, tan ambiguos. Autor: José Vicente Navarro Rubio
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