Es normal irritarse
cuando uno lee
y lo que lee no le gusta,
pero uno que sabe de que va el asunto,
se irrita
y no va más allá,
de coger el teclado que le inspira
y lanzarse detrás de un poema
que le sirva para romper la monotonía
de esos instantes de irritación en que el alma
se salpica de trozos de miedos y de taciturnas preguntas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario