El polvo de la nada
no se esnifa
pero mata,
es de todos los polvos
el único que por el espacio anda
y no se ve
ni toca
y no se huele
ni sabe a nada,
pero el polvo de la nada,
entre las nebulosas marca
el caer de los días
y la entrada en las noches sagradas.
Autor; José Vicente Navarro Rubio
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