Para cuando uno se levanta
es que algo pasa,
la humanidad siempre avanza
y las camas,
más allá de lo que la normalidad manda,
están mal consideradas.
Por eso las camas
siempre se encuentran en las casas
en las habitaciones más alejadas
de la entrada.
Por eso la oscuridad en esas estancias
desde siempre mandaba.
Por eso los silencios cantaban
su música deseada.
Por eso cuando me levanto de la cama
antes de cerrar la habitación
miro por debajo de las sábanas,
no fuera el caso
de que quien se levanta
no sea el mismo que quien se metió en la cama.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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