La vieja Europa
come de la ternura
de las bellas palabras
que le dedica la historia
con cara sonrojada.
Pero Europa
vomita ríos de oro y de plata,
albercas de sangre fresca
de los soldados muertos en batalla
y millones de palabras
que hablan de paz,
mientras en los edificios
donde se planifican
las grandes finanzas
se mueven piezas de forma muy rápida.
Ni los molinos de viento
ni la electricidad de las centrales que es más cara
son capaces de entender que es lo que pasa.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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