Y unas alas que abrigan
las noches que caen
sobre las fachadas de las casas
y un pueblo que duerme
su tragedia espartana,
un pueblo hecho de silencios,
un pueblo hecho en los frentes de batalla
y en las dejadas retaguardias
en las que siempre se espera que regresen
los hombres que tanto faltan.
¡Que tal!
Que tal!
alondras que pasan,
vencejos que vienen de las eras
heridas sus panzas,
rasgadas vestiduras
en los carnavales de toda España,
alborotos y jaranas,
cascabillos de plata y tazas doradas con sus posos de café
y su azúcar antillana.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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