Un día cualquiera
y un asunto cualquiera
de esos que se ciñen
a la cintura y en esas
el día que cambia
y la noche que se muestra
picante y serena.
Rompe aguas
y emerge de entre las sombras
una especie de caterva
de siluetas que van y vienen,
es una de ellas
el as de bastos
y le siguen de cerca
la sota,
muy elegante ella
y así queda
un caballo corriendo por una pradera
y un rey con su reina
marcando el paso mientras
todos juegan
una partida de cartas
en la que se pueden cantar las cuarenta.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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