No es lo mío
aguantar reproches
ni el de saber
que cuando se cierre la puerta
que nos une,
en el mismo destino
bajo el mismo orbe,
alguien te puede estar esperando
en un coche.
En las noches eternas
jugamos a ser amantes
y a brillar más
de lo que el amor
muchas veces se merece,
y todo lo hacemos
porque de verdad suene
un cántico especial que nos lleve
de aquí para allá,
de melodías en melodías,
de labios en labios,
de risas en risas,
de amores en amores,
y de alegres baladas
en dulces canciones.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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