No hay nada nuevo,
las constantes son las mismas,
no peligra la vida del individuo,
se le ha sometido a una exploración
y se ha encontrado en su intestino
un libro de poesía
y dentro un amasijo de versos
muy diferentes ellos y repetidos.
las constantes son las mismas,
no peligra la vida del individuo,
se le ha sometido a una exploración
y se ha encontrado en su intestino
un libro de poesía
y dentro un amasijo de versos
muy diferentes ellos y repetidos.
Yo, mi, me, contigo.
Estas cosas pasan
cuando uno se acuesta leyendo un libro
y se queda durmiendo
y de repente se despierta
y ya no está el libro.
Para estos casos yo siempre
recomiendo lo mismo,
ir al médico
para ver si por alguna parte del organismo
se encuentra ese perdido objeto
que nos lleva de desatino en desatino,
ahora el libro, luego una cuchara,
si es un piano de cola,
cuidado, que se corren muchos peligros
y es que solo se me ocurre decir
ahora que el poema enfila un día de luto
aquello tan divertido de,
Yo, mi, me, contigo,
con el permiso de Sabina
que le sacó a la canción mucho jugo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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