Aquí estamos otra vez
con la paleta en la mano,
dale que dale,
por qui estamos
pincelando un paisaje
que nunca antes se había pintado.
Viéndolas venir
y llegar
nos la jugamos.
Un poco de todo caminamos
por las sendas del amor
metiendo los pies en el barro,
andando de puntillas,
vadeando todo aquello
que nos puede hacer daño.
Solo es cuestión
de elegir bien la senda
y en todo caso
de soñar con lo imposible,
pues soñando
pudiera ser que algo
se desprendiera
de las ramas de ese árbol
al cual nos abrazamos,
ya sea para coger fuerzas
que para llenarnos
de las sombras que dan
cuando debajo de ellos estamos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario