Llueve a trompicones,
el camarero menea la cabeza.
no esperaba tener el bar lleno
y la playa llena de arena.
Su sonrisa es de esas
de hombre hecho
a lo bueno y malo,
que de la vida le llega.
Hoy es esto,
me dice,
mientras apura
un cigarro en la puerta,
y yo le digo:
pues vale la pena.
Él me mira
y me contesta:
al final si sacas cuentas
sólo de este mundo
te llevas
lo que pesas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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