No quiero que me entiendan,
yo soy yo,
todos somos diferentes,
aunque ese ADN nos lleva
de aquí para allá,
del cielo a la tierra,
sin más escenificación
que aquello
lo que la ciencia nos cuenta.
Somos todos parientes
de una especie humana
que alardea
por aquello de tener alma,
ser e inteligencia.
Nos sobra a los seres humanos
un poco de orgullo,
nos falta paciencia,
usamos del amor
como si este solo fuera
el fuelle que da soltura a las llamas
del tronco que arde en la chimenea.
Que nadie se deprima,
el amor siempre está cerca,
todo es cuestión
de meterse en un tema
y sacarle punta
a cualquier cosa que sea
algo más de aquello
con lo que vivimos en medio
de soledades que aterran.
Preciosa es la vida
y si acompañados de su belleza
recorremos los caminos
que se deslizan por los senderos
de nuestra inteligencia,
quizás alcancemos a ver
aquello de lo cual tratamos
en este poema.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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