Oler el mar en su inmensidad
y en él los deseos
de quienes se amaron y besaron
en tiernos abrazos
que llevan más allá de donde las olas
se pierden
para volver a ser la superficie pulida
del ojo que ve lo tierno,
de la vida que pasa,
de los remansos de paz
que otros lucieron.
En la mar se funde
todo aquello
que nos abriga
y hace ser sinceros,
cruzan las gaviotas
se marchan de crucero,
dos manos que se unen
y un solo corazón en ello.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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