Hoy veo todo de forma diferente y
es que he extendido en la playa la sombrilla
y a través de la lona
vestida de colores muy llamativos
veo las verdaderas maravillas
de lo que es la tecnología
al servicio del ser humano
desde ese instante
en que un ser vípido
se dio cuenta de que el sol dolía
ya sobre la piel convertido
en la brasa que la llama aviva.
Sombrillas de todos los colores
y de todas las formas
habidas y por haber
en las playas se ven juntas.
Se cobijan los bañistas
bajo las sombras raídas
y ya procurándose un placer
que bajo el sol es una delicia,
el día continua
allí donde los problemas más grandes
se convierten en una especie
de gran laguna
en la que se ven las aguas tranquilas,
y por debajo suyas
las fauces de los caimanes esperando
su instante oportuno
para lanzarse sobre sus víctimas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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