Voy aprovisionando
las bodegas de este bajel
en el que navego de continuo
de poesías que dejo que tomen parte
en este transcurrir de un verano
fuerte y cálido,
lleno de situaciones,
muchas ambiguas,
de esas que se tiran a una papelera
para nunca más volver a ser leídas.
Me voy llenado del poco
de la vida
y esto en si mismo es mucho,
me se a veces huérfano de ideas
y es que el hecho de ser poeta
no nos convierte
en maquinas de escribir
sin sentimientos,
los míos están unidos a mis hechos,
a estos espacios de urgencias
en los cuales nos movemos,
hoy se ha estropeado algo,
creo que es la luz del sol,
ya veo a los obreros espertos
en cielos relucientes
apartando las nubes,
sellando corrientes
y pintando de claror
el infinito del universo,
creo que me saludan
desde allí mismo
adonde un día iré
para pagarles con amistad
esos sus desvelos
para con uno,
si es que el poeta paga
con algo
siempre ello lo hace
con alguna poesía.
Este es mi regalo en esta mañana
a quienes procuran con su buen hacer
que podamos leer algo más
de lo que también ellos dicen
en sus escritos
perfumados de soles y estrellas y lunas.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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