Tú y yo juntos,
asumiendo que no somos nada,
que el destino nos llevó a su ritmo,
que hubieron días de dichas,
que todo es una espera hacia lo desconocido
Tuyo y yo atados de un hilo
ya los misterios vedados
de una Santísima Trinidad
sin sentido,
Dios y don,
definidos en los libros.
Tú yo mirando el mar,
comiendo miradas;
viendo transcurrir lo nuestro,
entre acordes de guitarra
por las olas traídos.
Y es que soy de la nostalgia
su mejor amigo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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