Me llevé la flor de los versos
y el querer de los poemas,
me llevé el amor del pensamiento
y el cariño de allí donde
y el querer de los poemas,
me llevé el amor del pensamiento
y el cariño de allí donde
los aprecios nacen.
Me fui y navegué
me dejé llevar por los silencios
y sobre el surco
ya en época de cosechas
vino el labrador
de los tiempos fértiles
sembrando para hacer crecer
sobre el cuerpo muerto
nuevos tallos
sembrando para hacer crecer
sobre el cuerpo muerto
nuevos tallos
y nuevas especies
de cariños y de amores.
No se como expresarlo
pero es que hay veces
que para cuando se agota el tintero
me toca usar de la sangre
para acabar de escribir
ese perdido verso
en el que se entra a matar
y si en ello
en el que se entra a matar
y si en ello
hay suerte
se sale del ruedo de la vida
a hombros
aunque solo sea para ver,
por última vez el cielo
aunque solo sea para ver,
por última vez el cielo
y en él el azul de todo
lo que en él nace y muere.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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