Nos consolamos con nuestras cosas,
un amor que pudo ser,
una tragedia,
una poesía que nos llena,
un desamor en pleno corazón
pegando de pleno
con una saeta,
nos acordamos de nuestros muertos
y con ellos meneamos
la ficha de un ajedrez
en el que el rey mata elefantes
y la reina juega
a mascar hojas de hierbabuena,
así son las cosas terrenales
para cuando uno lee cien poemas
y se queda esperando ya la luna se acerca,
ese último poema
que pone los pelos de punta,
porque son las doce la noche,
replican las campanas
y ya se acerca el Conde Drácula
y la mujer pantera.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario