Si Charles Bukowski
hubiera sido otro,
si no hubiera vivido,
si las angustias
no le hubieran llenado su alma
de pobre ser
investido
de la gracia de decir
lo que nadie quería
que fuera dicho
¿de Bukowski que tendríamos?
No sabríamos de lo suyo,
ni de lo nuestro,
ni de lo de ninguno
en sus versos escondido.
No me queda duda,
ninguna me queda,
de que todos nos llenamos
de eso que se llama gracia
para decir lo que sentimos.
Gracia es un amor no consolidado,
un amor no querido,
una tragedia,
una soledad,
una tristeza,
un trago de alcohol quemando
el alma misma
de quienes
se ven reflejados
en el vidrio de un vaso de cristal,
sílice, soda y cal,
ya el color perdido
y en el las sombras
que arrojan a un abismo.
¿Sin Charles Bukowski
casi profeta y mito,
insolente, procaz y misógino,
que hubiéramos sido
entre estos restos de humanidad
que nos cruzamos a diario y salimos
a los mismos encuentros
que el tuvo
con aquello que era su vida
y la de quienes él interpreto
con mucho gusto ?
Autor: José Vicente navarro Rubio
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