Ahora andamos casi perdidos
me puse a escribir sobre el amor
y cogí y borré todo
y es que delante de mi se abría
un programa de la televisión
en el que se estaba hablando
sobre los abusos sexuales
en colegios religiosos
de una orden
muy por los católicos querida
y me ha entrado pena e ira
y me han entrado ganas
de escribir un drama
en vez de una poesía
y me he sentido herido
y me he querido ir a dormir
para no ver lo que mis ojos veían
y por mis oídos oía.
Hombres como torre y mujeres
de frágil figura
contando de sus años de colegio
en vez de alegrías,
los excesos y porquerías
de quienes vestidos con hábitos
ponían sus manos sucias
sobre cuerpos inmaculados
que todavía no habían nacido a la vida.
Cuanta mierda y miseria escondida
tras esas puertas robustas de la teología
allí donde manda Dios
pero como está en una cruz
herido de muerte
y solo de reojo mira,
vale lo que digan
quien sirviendo a sus instintos
se llenan de lujuria
y aprietan un seno
o agitan su mano dura
sobre el miembro que les sirve de dicha
para seguir siendo siervos
de algo que les priva
del disfrute cierto de aquello
que ellos en otros arruinan.
La gravedad de los hechos
y la conciencia del mal que se hacía
no existía
y con esto dicho a años luz
parece que todo está cerrado
por activa y por pasiva,
hasta que se vuelva al tema
por aquello de que los ciclos
son alternos
y tras unos años de lluvias
vienen otros años de sequias.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario