Arrecia el aire,
dicen la RAE, que ulula,
yo diría que brama
o que silba,
si me aprietan un poco
aseguraría que clama
y vocifera
palabras soeces,
que al chocar
con los cristales de los ventanales
de los hospicios
se convierte
en una especie gruñido
y es que con la noche
entraba por Florida
el huracán Milton
y es de sobra conocido,
que estos fenómenos
terminan siendo
por desgracia noticias
en todas las partes del mundo.
Lo que por aquí tenemos
es ese soplido
del otoño,
falto de cariño,
paseando por los angostos caminos
que llevan de calvario en calvario,
ya el Cantar del Mio Cid, convertido
en un souvenir poco vendido.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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