Y de lo nuestro que queda,
del silencio nada,
nada queda,
todo es tierra,
el silencio llama
y del fondo de nuestra existencia
emerge una pregunta
a la que la historia no contesta,
sin deudas,
sin historias,
sin leyendas,
la verdad es que todo me suena
a algo parecido
a una novela llena
de mil episodios
que si no se cuentan
no sirven
para moler
más muelas
que las de la inteligencia.
He mirado un libro
y en el se cuenta
la historia de un poeta,
Vicente Aleixandre sufrió
la tragedia
de amar a su tierra
sin haber sabido lo que era
adolecer de ella.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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