Se vende poema,
la cantidad es grotesca,
con lo que se recaude
y si algo queda,
se podrán
hacer barquitos de madera,
para que algunos poetas
jueguen
a encallarse
en alta mar,
entre mareas,
cerca de un acantilado,
donde se vea
una hermosa bahía,
en la que si a nado se entra,
se podrá disfrutar
de todo lo que dejan
las corrientes marinas
para cuando desparraman
por la arena,
cangrejos y botellas
de ron
hasta su cuello llenas.
¡Que belleza
la de un poema
flotando
y una ballena comiendo
libros y libretas,
encajes y gorros,
acuarelas y cuadros de Picasso
con matronas asomando su cabeza
por una ventana
que da a un mar que despunta
por su belleza.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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