Uno vuelve
a lo mismo.
Vuelve a la rutina,
todos volvemos
a lo mismo.
Los que pegan tiros
a pegar tiros.
Los que mandan sobre las naciones
a hacer equilibrios,
solo sostenibles
gracias a los soplos del Divino.
Los que no hacen nada
siguen haciendo lo mismo.
Nada es la palabra
y con ella volvemos al principio
y es que pasan los días
y es que cada vez
que nos ponemos a esto
de dejar la impronta
en un escrito
resulta que desde algún punto
de la estratósfera
nos sale alguien con ganas
de plantar un pino.
Y esto ocurre ahora
que ya la noche
es una especie de circuito,
que comienza sin querer
y termina con el alba
recitando algún verso sometido
al vaivén del día,
ya con su nocturno
en el cuerpo introducido.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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