En la estación aquella de la desdicha,
la que da paso al invierno
sonaron las campanas en la noche,
ya arremetiendo
con la furia de los bárbaros que vienen,
el barro que se arrastra
en la corriente
de un Gallo lejano y de un Poyo
que fueron desde siempre,
barrancos abiertos en la carne,
de unos pueblos que se lamen,
por los siglos de los siglos
la piel que les queda fría,
y la muerte
en los ojos apagados,
de quienes llevados por la mala suerte,
ya son solo parte
de los testimonios de las gentes,
que cuantas estas cosas
para cuando se oye hablar
desde aquel día en adelante.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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