Tantas preguntamos nos hacemos
que los poetas podríamos estar mil vidas
enteras
yaciendo,
entre poemas de amor ya muertos,
por aquellos lugares
que nuestros ojos vieron,
ya son tristes los días,
ya por las tardes no es el desvelo,
ordeñar al ganado,
encender el cigarro en el poyo
donde se cultivaba el acento
de los días malos y buenos.
Las ocurrencias de los poetas
a veces son puras balas, pura metralla,
que sirve para airear y calentar
los desencuentros,
me voy riendo
de esto que se denomina
sacar gasolina de un pozo ciego,
pero es que la vida es esto,
tantas veces lo he dicho,
que parezco,
un disco rayado,
una especie de segmento,
sin más ataduras y limitaciones
que los excesos
de quien sale a escribir
por el simple hecho
de darle un poco de gloria
al perdido talento.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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