Sacarle a una noche su jugo
es como aquello
de estar en la noche frito
como un trozo de cordero,
revuelto con sus ajos
y sentimientos,
con sus patas
y jugo de lamentos,
con sus silencios
de esos
de pegarse en los cristales
que sirven de aislamiento
a los humanos del resto del universo.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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