Había que matar hago
que esto fuera la honradez y la ternura.
El genio salió de la lampara
olía a cera podrida
se limpió como pudo
y comenzar a usar del hacha
con la que los ánimos partía.
Educación para todos era una gran osadía,
el pueblo que sabe se llena de sabiduría,
ya Grecia fue patria de filósofos
y mirad como por todas partes ardía.
Que la mujer vote ¿para qué?
se preguntaba una Pitonisa,
si a los dioses les fue bien que ellas fueran
material de obra con que tapar las grietas
que se producen para cuando el tiempo todo lo aniquila.
Hasta aquí hemos llegado
ya se oyen trompetas que avisan
de que hay que volver a los cuarteles de invierno
antes de que el mal tiempo se convierta en la única vista.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.