miércoles, 6 de junio de 2012

POETAS DE CUENCA: MIGUEL VALDIVIESO BELMAS


Florencio Martinez Ruiz lo incluye en su libro Poetas en el vientre de la Ballena (La primera generación conquense de posguerra)

Miguel Valdivieso por Francisco Arias Solís

 MIGUEL VALDIVIESO
(1893-1966)

Te digo, amigo,
Que la poesía no es lo que se dice,
Sino lo que se toca como el agua.”
Miguel Valdivieso.

LA VOZ DEL POETA OLVIDADO DEL 27

El poeta murciano Miguel Valdivieso apareció incluido en Poetas del 27. Antología comentada: Introducción Víctor García de la Concha (1998), habiendo quedado, anteriormente, a la sombra de los poetas a los que se había consagrado como “Generación del 27”. Sin embargo, como nos dice Francisco Javier Díez Revenga: “Estuvo destinado en Murcia en los años veinte y participó en todas las empresas literarias de la joven literatura del momento. Con Jorge Guillén entabló una entrañable amistad, correspondida por el poeta muchos años después, cuando le prologó la edición de sus poesías completas”.

Miguel Valdivieso nació en Mazarrón, Murcia, el 14 de marzo de 1893 (el mismo año en que nació Jorge Guillén) y falleció en Madrid el 21 de septiembre de 1966. Desde muy niño vivió en Cartagena. Funcionario de Correos, fue destinado por cortos periodos de tiempo a Lugo y a Orihuela, desde donde pasó a Murcia. Se mantuvo fiel a la legalidad republicana y finalizada la guerra provocada por la sublevación militar del general Franco, fue deportado a Tarancón en 1940. Nueve años más tarde se afinca en Cuenca, donde residió hasta su jubilación. En 1960 se marcha a vivir a Madrid, ciudad en la que fallece.

Las primeras noticias literarias de Valdivieso están relacionadas con los poetas fundadores de la revista Verso y prosa. Colabora también con sus primos Antonio Oliver y Carmen Conde en la revista Sudeste. En Cuenca, junto a los poetas conquenses Amable Cuenca, Eduardo de la Rica y Andrés Vaca Page, funda la revista El Molino de Papel (1955-1967), una de las revistas poéticas más longevas de la época. También colaboró en la revista literaria Monteagudo de la Universidad de Murcia.

Valdivieso no publicó ningún libro poético durante su vida. Su Obra completa fue publicada póstumamente en 1968, por la modesta editorial “El Toro de Barro”, fundada por Carlos de la Rica, poeta y párroco de Carboneras de Guadazaón, Cuenca. Libro que fue prologado por Jorge Guillén y que está ordenado a su vez en cinco libros. “Si Antonio Machado fue legendariamente bueno -escribe Guillén en el prólogo citado-, también una sólida bondad nutría la raíz de conducta y escritura de nuestro poeta”.

Los cinco libros que componen la Obra completa tienen los siguientes títulos: Destrucción de la luz, Sino a quien conmigo va, Números cantan, Los alrededores y Formas de luz. Todos ellos, están marcados por los temas predilectos del poeta: la luz y la existencia del hombre. En sus poemas se observa primeramente una influencia de Rubén Darío y posteriormente de Antonio Machado, de Miguel de Unamuno, de los movimientos vanguardistas, de Miguel Hernández y, particularmente, de su amigo y maestro Jorge Guillén. Y como dijo el poeta murciano: “Este epílogo os dejo (es casi nada) / de una vida sin odio y sin espada. / No diréis que no fue suerte la mía”. 


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MVRGETANA. ISSN: 0213-0939. Número 124, Año LXII, 2011. Págs. 159-206

CARMEN CONDE, ANTONIO OLIVER Y MIGUELHERNÁNDEZ A TRAVÉS DE UNOS TEXTOS INÉDITOS Y OTROS OLVIDADOS
FRANCISCO J. DÍEZ DE REVENGA
MARIANO DE PACO




El poeta Miguel Valdivieso Belmás 10 nació en Mazarrón (Murcia), el 14 demarzo de 1893. Era primo de Antonio Oliver. Siendo niño, su familia se trasladó a Cartagena. Fue funcionario de Correos destinado en Lugo y Orihuela brevemente y en Murcia a partir de 1920 hasta que, tras finalizar la Guerra de España, en agosto de 1940, fue deportado a Tarancón. En 1949 se trasladó a Cuenca. En Murcia en los años veinte participó en todas las empresas literarias de la joven literatura del momento. Con Jorge Guillén entabló una entrañable amistad, correspondida por el poeta muchos años después, cuando le prologó la edición de sus poesías completas, en 1968. Colaboró en las revistas de la época, especialmente en Sudeste. En Cuenca,
en 1955, fundó, junto a Eduardo de la Rica, Andrés Vaca Page y Amable Cuenca, la revista El Molino de Papel, que permaneció hasta 1967. 11 En esta revista, que publicó 49 números, Valdivieso dio a conocer más de cuarenta poemas, ya que sus colaboraciones aparecían en casi todas las entregas. Salvo algunas excepciones, todos figuran ahora en su Obra completa.
También colaboró en Monteagudo, con poemas dedicados a Góngora (1960) y Lope de Vega (1961). En 1960, una vez jubilado, se trasladó a vivir a Madrid. Murió en Madrid, el 21 de septiembre de 1966. No quiso publicar en vida ningún libro de poemas, de manera que toda su poesía vio la luz, en 1968, en la edición de su Obra completa. 12 Influido por Rubén Darío, en un principio, mostró en los años veinte su
predilección, como tantos otros de su tiempo, hacia los clásicos del Siglo de Oro.
Tras la Guerra de España, su poesía se ve más influida por Antonio Machado, Unamuno, Miguel Hernández y, sobre todo, Jorge Guillén, tanto el de Cántico como el de Clamor.
Respecto a la pertenencia o no de Valdivieso a la generación del 27 en su concepto más amplio, corre la misma suerte que su primo el poeta Antonio Oliver Belmás. Ya Luis Jiménez Martos 13 los incluyó, en 1977, en este gran grupo poético en un artículo conmemorativo de los cincuenta años de 1927, junto a otros poetas «menores». Para ello tuvo en cuenta, posiblemente, la mención que de ellos hace Jorge Guillén, en el artículo de Lenguaje y poesía, «Lenguaje de poema: una generación ».14 Más recientemente, Víctor García de la Concha también los incluirá a ambos en la versión más amplia de tal grupo poético al realizar su antología para la colección Austral, en 1998. 15
De cinco libros se compone la obra poética de Valdivieso: Destrucción de la luz, en el que el poeta manifiesta su aversión a un mundo sin autenticidad, sin verdad, un mundo en el que la luz de la razón se destruye irremediablemente, y en el que están presentes la muerte, el paso del tiempo, la esencia del hombre, la soledad, la preocupación por España; Sino a quien conmigo va, en el que se da cuenta de las
preferencias literarias, artísticas y espirituales del poeta, que refleja su admiración hacia aquellos que siempre le acompañan; Números cantan, glosa de los objetos que pueblan la vida cotidiana, encuadrados en un entorno y en un paisaje familiar; Los alrededores, con evocaciones entusiastas del paisaje de Cuenca y de Madrid, correspondiente a la última etapa de su vida; y Formas de luz, en el que los temas fundamentales son la luz, los paisajes abiertos, el aire libre, la luna brillante, en los que se advierte una gran influencia de Jorge Guillén, tanto en contenidos como en formas.


En relación con este grupo de escritores, es interesante también rescatar un poema de Miguel Valdivieso, dedicado a Miguel Hernández, titulado «Hortelano de Orihuela» y recogido en su libro Sino a quien conmigo va, en su Obra completa, editada por Jorge Guillén: 9

Yo también soy Miguel, pero no Hernández.
Ni hortelano de mieles y de abejas.


Soy Miguel fatigado de mi traje
y el peso de la tierra.
Tuve lo que tuviste, lo que tiene
el aire de Levante de promesa.
Dije que sí a la vida y a la muerte,
sin pedirles respuestas.
Hice lo que se hace cuando el mundo
no es una cosa eternamente nuestra.
He bebido en tu luz, mordí tu fruto,
y he plantado en tu huerta.
Tú caíste ligero de tus alas,
llevando entre las manos la cabeza
herida por el techo de la casa
y los muebles de arena.
Dios te ampare, Miguel, Dios nos ampare
al calcular la suma del planeta:
Tú, más Dios, más el toro, más el ángel.
He perdido la cuenta.
Sueña por fin divinamente solo,
claro Miguel del libro y la palmera.
Miguel de la hortaliza sobre el hombro
y en las manos la idea.
El poeta Miguel Valdivieso Belmás 10 nació en

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