Cafés del Regina, Pombo y Varela
tan amargos
como la hiel si la pruebas
y a pesar de ello
me alegra
haber sido en ellos
también poeta
escondido entre las faldas
de una madre que me atormentaba
pues no creía en mi vocación de poeta
cuando yo sabía
pues de las venas me brotaban las penas
que a poco que relumbrara el sol
y me leyeran
saltaría a la fama
y cambiaría esta vida perra
por esa otra de maestro
en el arte de escribir y tener puesta mesa
con luz directa de la calle,
paragüero y silla de caoba negra
con mis iniciales de Armando Buscarini grabadas en la trasera.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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