lunes, 1 de abril de 2013
POESÍA: CONFESIONES A BUSCARINI (i)
Busque en la playa
de arenas finas
algo con lo que componer
una poesía
y encontré
guijarros comidos
por la saliva -atiza-
fina del viento -envidia-
al venirse a dormir
todos los días
junto a unas dunas
que le sirven
de cama mullida.
Encontré conchas abiertas,
era su armadura
y allí donde hubo viento
se adivinaba arena dormida.
Seguí los pasos
en pos de la espuma
que unas olas juguetonas
se llevaban y traían
hasta allí mismo
donde -adivina-
se mueren las ideas
y comienza la angustia
de los que abandonan los confines en los que se mueven todos los días.
Me detuve,
una huella de zapatilla
en la arena
se mostraba desnuda
y más allá
como si el viento trajera sal y musgo
en sus costuras
me llené de olores a madreselva
y vi un ave avanzar
camino de una laguna.
Para ver los mares,
para sentir de las caricias,
para vestir los escenarios con bosques, lagos y llanuras
solo hace falta
un cierto grado de locura
como aquella que nos venía a demostrar Buscarini
cuando sin ver el mar nos decía:
'Saudades por el mar siempre desnudo
con el eterno canto de las olas!
¿Y ese dolor inextinguible y mudo
de un corazón que se desangra a solas!
Autor: José Vte. Navarro Rubio
saudades: Nostalgia
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