miércoles, 15 de mayo de 2013
POEMA A LA MUJER MANCHEGA
Quiero a la mujer Manchega
sin más atributos sobre ella
que su voz melosa y cantar tardío
para cuando los hijos volvían del servicio
casi perdidos entre encaños y caminos
con malaria y golondrinos
y algún mal cogido en el cieno del cruel mundo
Y la quiero
como se quería en ese espacio finito
de candiles y alpargatas
y ladrillos de barro comidos
por los suspiros
que las madres y abuelas e hijas con sus hijos
daban a la hora de tocar a difuntos.
Las quiero por eso
y por ser mi madre entre ellas
una más
a la que poder cantar al menos un minuto
sin necesidad de flores ni lápidas
ni más asunto
que este que me lleva
y del cual se que nunca será
corriente de ningún río
pues mis poemas son fríos
y parecen sacados de un hospicio
a esas horas de la noche
en que el hombre del saco
llamaba a las puertas para pedir su cruento tributo.
Madres de la Mancha
me guían por este camino
que de llevar a buen puerto
me harán embarcar con destino desconocido
entre surcos,
entre lamentos,
y entre sonrisas de niños jugando al tejo sin recelos, ninguno,
en esos días de ponientes incluidos
en que el cántaro en la cabeza de una mujer manchega
es de todos los ejemplos el más justo
para poder decir:
¡Que temple!
¡Y que grande es mi orgullo"
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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