Que no sea solo de café el desayuno
aunque tu digas
que el café es mejor que los silencios que no riman con caricias.
A las 8 de la mañana
el estomago pide volver otra vez a la cama
envolverse en las sábanas como si se fuera una momia egipcia,
tirar de la radio, escuchar música,
pero no tomar café y esperar a que en la televisión digan
que el tiempo va mejorando y que en la UCI solo quedan nubes preñadas de envidias.
Esta es la mañana de un domingo, en el santoral Santa Cecilia,
como se quiera que para mi los domingos son como números no premiados de la lotería
vuelvo a lo mío, a la arqueología
y a eso de envolverme con sábanas blancas como túnicas.
Autor: José Vte. Navarro Rubio
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