Estábamos allí compartiendo en la soledad de nuestros asientos,
el mismo espectáculo, por el mismo precio,
sobre el escenario los personajes de la obra se muestran ausentes,
mordido por lo cotidiano,
el microondas es el único elemento
capaz de poner en funcionamiento otra vez los sueños.
Allí compartiendo el trabajo bien hecho
de quienes sobre el escenario jugaban a lanzarse todo tipo de injurias y lamentos
pudo la noche, se metió dentro,
del alma de quien sentado esperaba que el telón bajara y se acabara el juego.
Sentí el vigor de quienes se sienten por momentos
más actores que espectadores y así ya dentro,
la obra era algo así de lo que el llevaba viendo mucho tiempo,
una pareja que se siente atormentada por dentro
y entre ellos surge ese instante, sillas alejadas y enmedio
un mar inmenso de improperios,
casi tiburones entre ellos comiéndose todo aquello
que cayendo bajo sus fauces, es un perfecto alimento,
para seguir existiendo.
Autor: Jose Vte. Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario