El amor y el romanticismo
dan en el cine para mucho.
“Antes del amanecer”
¡que amor más idílico!
o “Ghost”
con sus toques paranormales
para sacarnos de quicio.
“Her” nos columpia
y nos hace ver que existimos,
con ese realismo
anclado como barco del futuro
en la ciencia ficción
donde alguien se enamora
dan en el cine para mucho.
“Antes del amanecer”
¡que amor más idílico!
o “Ghost”
con sus toques paranormales
para sacarnos de quicio.
“Her” nos columpia
y nos hace ver que existimos,
con ese realismo
anclado como barco del futuro
en la ciencia ficción
donde alguien se enamora
de su sistema operativo.
Con “Carol” aprendimos
a que el amor no es un embudo
y que se puede amar
Con “Carol” aprendimos
a que el amor no es un embudo
y que se puede amar
de formas diferentes,
sin ser en ello distintos.
Y llenos de vida
y “Cantando bajo la lluvia”
cogidos de un paraguas
supimos que el amor con música
se mastica más a gusto.
“La gran enfermedad del amor”
queda convertida
en una pasión sin igual
sin ser en ello distintos.
Y llenos de vida
y “Cantando bajo la lluvia”
cogidos de un paraguas
supimos que el amor con música
se mastica más a gusto.
“La gran enfermedad del amor”
queda convertida
en una pasión sin igual
rotos los convencionalismos
entre religiones
entre religiones
cuando hay un verdadero cariño.
Entre amor y cariño
tenemos la “Historia de Filadelfia”
y el amor casi compartido
entre quienes se baten
por conseguir cada uno lo suyo.
Siempre lo mejor es
“Antes de amanecer”
o “Antes del atardecer”
o “Antes del anochecer”
siempre antes y juntos,
en un tren o en un camino,
donde sea
Entre amor y cariño
tenemos la “Historia de Filadelfia”
y el amor casi compartido
entre quienes se baten
por conseguir cada uno lo suyo.
Siempre lo mejor es
“Antes de amanecer”
o “Antes del atardecer”
o “Antes del anochecer”
siempre antes y juntos,
en un tren o en un camino,
donde sea
pero compartiendo el mismo destino.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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