Y parte el tren
y nos lleva
y aquí no hay poesía.
La poesía está en los vagones,
en el pobre que pide
mientras reniega,
porque nadie le da ni un céntimo
mientras el tren continua su ruta.
y en esos instantes uno nota
que forma parte de la ciencia
y de la tecnología,
de la pericia del ser humano
y de la paciencia infinita,
de quienes me observan y se saben
en este poema ya protagonistas,
aunque por aquí todos miran los móviles
se sienten ausentes
y no rechistan,
por aquí está el estudiante que vuelve a casa
después de una ración de clases
en la universidad donde estudia,
por aquí viajeros
de diferentes etnias y culturas,
todos mezclados,
todos llenos de inquietudes,
a unos les gusta la danza,
a otros el fútbol,
algunos sueñan con ser guionistas
y otros con llegar pronto al hogar
para partirle la cara al día.
Y mientras las estaciones aparecen y desaparecen
y llegan los campos
y las carreteras que junto a las vías
son transitadas por más y más coches,
tan todos en si llevados por quienes circulan
de aquí para allá
y es que son como gallinas ciegas,
como elefantes sin colmillos,
son como la viruta, digo yo,
ahora que nadie me pregunta.
y en la vida todo pasa,
desde el ver surgir un poema,
hasta llegar a ese punto
en que se enciende una luz que avisa
que esta es mi parada
y aquí todo termina,
mientras más trenes circulan,
más coches van y vienen,
más viajeros se asoman
a las ventanillas,
más poetas sueñan con escribir poemas
que al menos les sirvan
para descansar un día mientras piensan
en salir a escena
con una tragedia fernandina.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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