El mundo siempre estuvo en guerra,
con la edad nos hacemos más sensibles,
tanto que nos molestan
hasta los atardeceres
y es que la luz manda sobre todo
aquello
que nos convierte
en humanos,
que a la luz brotamos
de un interior de madre
y sin luz nos convertimos
en eternos soñadores.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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