A la edad que escribo
ya se ha dado el caso
de muchos poetas que murieron
sin saber que serían leídos,
ni creídos, ignorados
y por la crítica
ni conocidos ni atacados,
este poema es para ellos,
los poetas de mi alma,
tantos ellos, ya deshojados
que el árbol de la poesía
se quedo seco
de una tajada
del rayo luminoso
que se plasmó en una mirada
de quien escribe a ciegas
sin comprobar si ha cometido
infantiles faltas,
ignorancia mía
me creo lo que soy
y es que en este debate falta
esa prueba necesaria
para que un juicio tenga
el final que nadie esperaba.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
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