Este es un poema incómodo y atrayente,
huido de un cementerio de elefantes,
pasó por allí
y al ver
los colmillos de marfil
ya convertidas en especie de ramajes,
se sintió el poema herido,
es como si una bala le hubiera atravesado
el cráneo por la frente,
y por allí los versos y las rimas
y los acentos,
comas
y puntos y aparte
se fueron apilando
en señal de homenaje
a esos grandes mastodontes,
con los cuales yo sueño
ya recorriendo en este viaje
los tenebrosos lugares,
por los que las ánimas marchan
camino de otra parte.
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