Por aquí ya es reciente mañana,
es ocaso de noche,
es una especie de sensación
a crujiente de alas de pollo asadas
para cuando nos volvemos
a lo cotidiano y cierto.
La noche dejo en los bancos
de la avenida donde se funden los deseos,
vasos vacíos de plástico,
servilletas usadas con manchas de aceite
y trocitos de queso rayado con jamón crujiente
chorizo y bacón grasoso de de cerdo.
Cajas de piza
con picotazos extremadamente directos
han sido instrumentos de resonancia
que las palomas han usado
para enviar una sonata de hambre al cielo.
Sespejada la vía que lleva al Peloponeso,
se oye sobre el suelo el avanzar de los ejércitos
de un Alejandro Magno
tocando para lo malo y bueno,
por la mano de los dioses y si tuvo algo con Hefestión,
la maldición acarreó decenas de miles de muertos.
Autor: José Vicente Navarro Rubio
No hay comentarios :
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.