POESÍA: ALTAS TORRES Y VIEJOS FAROS

Faros antiguos vigilan las costas
y avisan con sus destellos
en forma de luz divina
a los barcos que pasan
junto a las rocas
para que no encallen
y sean tragados por el mar.

Visten los faros desde siempre
de un blanco ibicenco,
yo diría pinarejero antiguo,
que contrasta con el azul marino
de las aguas del mar
y de los océanos del mundo.

Viven los faros
junto a las costas acantiladas
a la espera, siempre espera,
de servir con sus destellos
a la noble misión
para la que fueron construídos.

Pinarejo viene a ser un faro
para todos aquellos que se acercan
desde Santa María del Campo Rus
o desde el Castillo de Garcimuñoz
y con su sola presencia nos avisa y dice:
¡ojo amigos!
 llevo en estas tierras tantos siglos
que se de la vida de todos vosotros
más de lo que está escrito.

Viejos faros se alzan en las costas,
mientras en el interior de esas tierras
de la Mancha Conquense,
tan insensibles a los vientos marinos,
son las altas torres de las iglesias
las que avisan de que en aquel lugar
se alza un pueblo noble y querido.

Caminantes de todos los lugares
se levantan por la mañana
con la única misión de recorrer el mundo.

Ser altas torres
de piedras labradas
por el viento y la lluvia
fieles faros que avisen
que sobre el lugar se alza un pueblo
hospitalario con sus peregrinos.

José Vte. Navarro Rubio